Dos mujeres estadounidenses fueron asesinadas en las cercanías de una estación de esquí en el estado de Colorado el 6 de enero de 1982. Su caso no se resolvió hasta casi cuatro décadas después, cuando se logró atrapar al asesino, quien la noche de los crímenes fue rescatado de una tormenta de nieve en el área por las autoridades, ajenas a lo sucedido.
Aquel frío día con temperaturas bajo cero, Annette Schnee, de 21 años, y Barbara Oberholtzer, de 29, se disponían a regresar a sus viviendas tras un día de trabajo en la turística localidad de Breckenridge haciendo aventón, pero nunca llegaron a su destino.
Macabros asesinatos en alta montaña
Oberholtzer fue vista por última vez a las 19:50 luego de estar en un pub con unos amigos. En su última comunicación por teléfono con su esposo le dijo que volvería a casa pronto. Sin embargo, su pareja comenzó a preocuparse a medianoche cuando vio que la mujer aún no había regresado. Al día siguiente, un grupo rastreó el área y halló un guante y un pañuelo manchados de sangre. Tras encontrar más objetos pertenecientes a Oberholtzer, se identificó su cuerpo en un banco de nieve, con lesiones en una muñeca y una herida provocada por un disparo.
En la escena del crimen se encontró un llavero de bronce que su marido le había hecho para defenderse y un misterioso calcetín naranja. En aquel momento los investigadores no dieron importancia a esos objetos, aunque luego serían fundamentales para resolver el caso.
Entre tanto, la Policía aún no estaba al tanto de la desaparición de Annette Schnee. Recién se tomó conocimiento el 8 de enero, cuando un compañero de trabajo denunció que la chica no se había presentado en su puesto en el hotel Holiday Inn en dos días. Schnee fue vista por última vez al salir de una farmacia de Breckenridge, pero luego su rastro se desvaneció por seis meses.
La misteriosa pista del calcetín naranja que conectó ambas muertes
No fue hasta el 3 de julio de 1982 que un niño encontró el cadáver de Schnee en un arroyo cerca de donde fue vista por última vez. La posterior autopsia determinó que había recibido un tiro por la espalda mientras corría cuesta abajo. No obstante, lo que más llamó la atención de los investigadores fue que el cadáver llevaba un calcetín naranja, uno igual al que había sido pasado por alto cuando se encontró el cuerpo de Oberholtzer.
Las autoridades conectaron los dos crímenes y concluyeron que el asesino primero recogió a Schnee haciendo autostop, la agredió y la asesinó. Durante la agresión, Schnee perdió su calcetín en el vehículo. Más tarde ese mismo día, el agresor recogió a Oberholtzer, que también fue atacada. Sin embargo, esta intentó defenderse con el mencionado llavero. Se cree que cuando se defendió y saltó del coche pateó la media que estaba en el interior, prenda que luego fue hallada junto a su cuerpo.
El asesino, desapercibido frente a las narices de los investigadores
Si bien las autoridades conocían la cronología de los hechos, aún no tenían indicios del autor. Lo único sospechoso que se reportó aquel día fue el rescate de un minero atrapado en su camioneta en un paso de montaña durante una tormenta de nieve. El rescatista notó que el sujeto, identificado como Alan Lee Phillips, tenía gran moretón en el rostro. Al ser preguntado en aquel momento por la herida, el minero alegó que se había tropezado mientras deambulaba en la nieve.
Sin embargo, la pista se perdió y no fue hasta principios de 2020 cuando se volvieron a analizar las pruebas de la escena del crimen y se recurrió a la genealogía genética. Así, los detectives dieron con dos hermanos con el apellido Phillips, solo uno de los cuales vive en Colorado. Tras recolectar su ADN de forma encubierta de su basura, se dieron cuenta de que el asesino había estado frente a sus narices desde el primer día.
Finalmente, Alan Lee Phillips fue arrestado el 24 de febrero de 2021 y un año después fue sentenciado a dos cadenas perpetuas consecutivas. En febrero de 2023 el asesino se suicidó dentro de su celda.
